Michu lucha contra la incertidumbre

Miguel Pérez Cuesta, Michu, está pagando las consecuencias de la tormentosa semana de enero que le llevó a renunciar por sus ideales a un jugoso contrato con el Sporting de Gijón. La situación de amargura e incertidumbre que vive el centrocampista asturiano podía resumirse en la jornada del pasado sábado: vio sentado en el banquillo de Balaídos el Celta-Cartagena, mientras el que pudo ser su equipo se preparaba para enfrentarse en el Bernabéu a rutilantes estrellas como Cristiano Ronaldo y Kaká. No sólo se ha quedado sin disfrutar de la máxima categoría, sino que tampoco juega en Segunda. Sin embargo, no pierde la ilusión por que en verano le lleguen buenas ofertas, mientras asegura desconocer si el Celta quiere renovarle el contrato, que expira en junio de 2011.
"Cuando te toca vivir esta situación estás jodido y trabajas todos los días para intentar entrar en el equipo. No es una decisión mía. Yo lo que puedo hacer es trabajar al máximo para intentar convencer al míster de que tengo que estar entre los once. Y cuando me toca estar en el banquillo o no salir me voy para casa bastante triste", reconoce Michu, lleno de incertidumbres sobre su futuro.
"Sí sorprende pasar de casi titular indiscutible a la suplencia, pero es una decisión del míster. Yo tuve un bajón por todo lo que pasó, anímico y físico, pero ahora ya estoy bien y es una decisión del míster que juegue o no", resalta, para recordar aquellos días fatídicos en los que incluso se enfrentó a su familia para renunciar al contrato millonario que le ofrecían en Gijón, eterno rival de su querido Oviedo. "Fue una semana difícil, de pocas horas de sueño, incluso perdí peso. También tuve alguna lesión por ahí, y coger la forma después es difícil. Me ha costado un poquito pero llevo unas semanas que creo encontrarme a buen nivel".
No quiere pensar en los cambios que supondrían en su vida estar jugando en Primera, aunque hay alguna nostalgia. "Es algo que ya pasó. Ahora mismo estoy centrado en el Celta, en el partido de Vallecas y cuando termine la temporada ya se verá. Era una buena oportunidad pero ya está todo olvidado".
Su reto inmediato es recuperar cuanto antes la titularidad perdida. No está en el once de Eusebio desde el choque contra el Salamanca, a principios de febrero. No se para a pensar, asegura, en las ofertas que puedan llegarle en junio, aunque admite que en la suplencia será más difícil que se fijen en él. "Ahora mismo lo único que puedo pensar es en los trece partidos que quedan, intentar jugar todo lo posible y tratar de demostrar que puedo ser un buen jugador. Y como todo el mundo, sueño con llegar a Primera". Ahora lucha contra la incertidumbre.