El nuevo ridículo de Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo sigue sin convencer a la parroquia blanca. En el momento más decisivo hasta ahora de la temporada del Real Madrid, el portugués apenas brilló en el juego como de él se esperaba en el momento de su fichaje.

CR-9 no consigue por ahora demostrar por qué llegó con la vitola de ser considerado uno de los mejores futbolistas del mundo. Su exceso de individualismo en su participación en el juego del equipo no transmite a sus compañeros la sensación de jugador único que necesita el Real Madrid para crear un buen equipo.

El mazazo europeo sirve una vez más para demostrar que pese a fichar a los jugadores más caros, sigue importando por encima de todo contar con un equipo. Y este Real Madrid sigue húerfano de ello. Ni el técnico, Manuel Pellegrini, lo ha logrado hasta ahora, ni la que debía ser considerada la máxima figura del grupo demuestra tal condición.

Anoche, ante un Olympique de Lyon que volvió a marcharse invicto por sexta vez de un cruce con los blancos, Cristiano volvió a pasar desapercibido sobre el campo, sin justificar los 96 millones de euros de su fichaje.

Pese a que abrió el marcador en el minuto sexto del encuentro –por si anoche no había suficientes ‘seises’ presentes en el encuentro– en lo que se prometía una noche memorable para el madridismo, su rendimiento sobre todo en la segunda mitad volvió a dejar mucho que desear, oculto y sin echarse el equipo a la espalda para levantar el resultado y la eliminatoria.

El segundo sueño galáctico de Florentino se desvaneció la misma noche en que decepcionó en su juego el crack luso, destinado a rememorar su corona de mejor jugador europeo en un año además de Mundial.

Duro golpe para las aspiraciones de Cristiano Ronaldo, que deberá seguir, igual que el resto de sus compañeros, a la estela del mejor equipo por los reconocimientos en forma de títulos alcanzados hasta ahora en este punto de la temporada. Segundo en el pedestal de mejor jugador europeo, en manos el cetro del azulgrana Leo Messi, no llegar ni a los cuartos de Champions League decidirá, sin duda, su suerte futura en el podio.