El Madrid juega bien hasta que hay gasolina

Guti jugaba por la derecha, Xabi Alonso por delante de Gago y Cristiano Ronaldo jugaba de extremo con libertad. Era habitual verle encarar a Jordi Alba o Bruno, en uno y otro lado, este Madrid buscaba la amplitud con el portugués. Cuando este se iba a la zurda, era Guti el que había de interior abierto en la diestra para hacer la diagonal y dejar la banda a Sergio Ramos. Falta saber si el plan era de Pellegrini o respondía a una tardía autogestión porque lo que es verdad es que todo esto no tenía nada que ver con la propuesta del Ingeniero.


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El Valencia estaba ausente, el balón le duraba un suspiro y en ataque era un equipo sin plan ni ideas. Silva no aparecía, el Valencia no pasaba del centro del campo y la dupla Mata – Villa no podía tirar ni un desmarque ya que el balón era un enemigo para su equipo. Metidos atrás, la trinchera no ganaba metros. El equipo de Unai Emery vivía con nueve por detrás de balón de manera permanente.
El primer gol
Lo escribía el otro día para el diario Marca en la previa, el error no estaba permitido y una pérdida en campo contrario en salida de balón significaba regalar el partido. Así llegó el primero. Una pérdida de balón de Bruno y gol de Higuaín en tres toques. Así llegó la gran ocasión del Valencia en botas de Mata. Es lo que tiene jugar a lo mismo, el Madrid y el Valencia son provocadores, un error del rival suele ser su condena.
El otro detalle era la estrategia. Uno y otro tenían argumentos para ganar el partido de esa manera. La única ocasión del Valencia en el primer tercio de partido llegó con un balón parado, remate de Alexis y paradón de Casillas a Mata en el rechace.
En el Madrid estaban Cristiano y Sergio Ramos como referentes en la estrategia. Eran superiores pero Van der Vaart no puso ningún balón en condiciones. Cambiaron de lanzador, Xabi Alonso mejoró al holandés pero ningún lanzamiento buscó a los que se sabía que eran muy superiores.
En la segunda mitad, buen arranque del Madrid para terminar dejando tocar al Valencia para cerrar el partido a la contra. Con Banega desaparecido, el Valencia no era capaz de encontrar a los jugadores entre líneas. Silva recibía de espaldas, no era lo suyo, y de ahí no podía salir ningún pase digno de destacar.
El paso de los minutos significó el inicio de la imprecisión del Madrid, los papeles estaban invertidos, ahora era el Madrid el que no salía. Una vez más, en un partido competitivo, el Madrid se caía en el minuto 60. No hay batería para más. Pellegrini no lo vio o no lo quiso ver. Metió a Lass pero los que no podían con las botas eran Guti y Van der Vaart.
El resto tampoco estaba para muchos trotes. Hubo cambios pero Guti fallaba pase tras pase, cuestión de fatiga. El chileno miró para otro lado, se desconocen los motivos pero el chileno ha tardado en enamorarse de Guti; algunos comentaban que puede que sea porque los dos se irán por la misma puerta. Esa no es la cuestión, lo interesante es saber si los entrenamientos tienen reflejo en la competición porque este Madrid no aguanta ni el ritmo ni la intensidad. Fue una pena, el Madrid estaba jugando muy bien, lástima que el último tercio la condición no permitiera algo más que la supervivencia. Hay liga, el Inter puede ser el juez de la liga.

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