La generosidad de Kaká alimenta la maquinaria ofensiva del Real Madrid

Junto con Marcelo es el jugador que ha dado más pases de gol, seis. Forma con Cristiano una sociedad que abusa de dualidad
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ULIÁN ÁVILA | MADRID
El Real Madrid ha recorrido el mes de febrero en quinta velocidad y con el pie castigando el acelerador. Desde que perdiese ante el Athletic en San Mamés ha sumado de tres en tres todas sus apariciones ligueras, hasta los dieciocho puntos actuales -seis de seis-, a la espera del partido del próximo sábado frente al Sevilla en el Santiago Bernabéu.
Los números están ahí. Una estadística que algunos emplean para justificar la presencia de estrellas como Cristiano Ronaldo y Kaká en el proyecto. El Real Madrid ha sumado 64 goles (41 en casa y 23 fuera) en las 24 jornadas disputadas -un promedio de 2,6 por encuentro- y se acerca a la marca de 107 que logró la «Quinta del Buitre» con Toshack.
Con los roles repartidos, a día de hoy, Higuaín es el delantero más fiable. El pichichi blanco en la Liga (16 goles) por delante de Cristiano Ronaldo (13). CR es el futbolista que acapara los grandes titulares cada vez que carbura, mientras que Kaká vive un momento confuso. Pese a esa indefinición, el brasileño se ha mostrado como el hombre de los pases de gol. En la Liga comparte el liderazgo con Marcelo, «el amigo-secretario» de Higuaín. Los estudiosos cartesianos le atribuyen seis «asistencias» en lo que va de campeonato, lejos de las 4 de Xabi Alonso o las tres de Guti, Higuaín, Granero.
El luso, el mejor cliente
Y su mejor cliente es Cristiano Ronaldo. Son los fichajes estrellas del remozado proyecto galáctico. Han pagado por ellos unos 150 millones de euros. Ambos hablan portugués y se buscan bajo los denominadores comunes del lenguaje del fútbol, el pase y el balón.
Llegaron juntos el pasado sábado al Heliodoro Rodríguez López. Charlando en la cola del grupo. Sonriendo y compartiendo chismorreos. Quedaron para el festín sobre el césped ante un endeble Tenerife. Con permiso de Higuaín, son la referencia ofensiva porque Benzema continúa sin entrar en el carrusel.
El extremo es tal que en dicho partido combinaron en más de treinta ocasiones. Se buscan permanentemente en el campo. Un proceso lógico porque Kaká tiene la obligación de enlazar lo que se elabora en el medio del campo para que llegue en las mejores condiciones posibles a los delanteros.
Lo que no cuadra es el excesivo celo entre el brasileño y el portugués. En Tenerife Higuaín acabó desesperado porque se les estropea con demasiada frecuencia uno de los retrovisores. Le pasó a CR en un tres contra tres cuando el pase natural era para el «Pipita». También se enojó Raúl porque le birlaron un disparo en la frontal.
De la cucaracha al canguro
Buena parte del fructífero compadreo se vio en la celebración del gol de Kaká y en el posterior lanzamiento de penalti. Pellegrini ha decidido que el orden de lanzamientos es primero Kaká y luego CR, pero como el día del Villarreal Xabi Alonso se saltó el reglamento hubo que restañar la herida del luso. Kaká le cedió el balón en la isla y todo en orden.
Lo de la celebración no gustó mucho en algún sector del club. La interpretación de los «canguros» se asemejó mucho a la de la «cucaracha», que hicieron famosa en su día el «gordito» Ronaldo, Roberto Carlos, Baptista y Robinho.
La realidad es que la sociedad CR-Kaká es vital para que la delantera del Madrid funcione. Más ahora, que llega el momento crucial de la temporada. El partido contra el Sevilla y la vuelta de la Liga de Campeones contra el Lyon deben marcar la recta final.


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